Persigue tu pasión

¿Quién no ha sentido alguna vez, que no estaba haciendo en la vida aquello a lo que había venido a hacer?.

Aquello que le apasiona, aquello que hace que el trabajo se convierta en un placer y no en algo pesado que hace que estés deseando que llegue la hora de irte ¡¡seguro que a la mayoría de vosotros!!.

A mí también me pasó y decidí liarme la manta a la cabeza y seguir mi pasión.

Hoy comparto con vosotros mi historia, con la ilusión de que a alguien le sirva de inspiración o le ayude mi experiencia (al igual que a mí me han ayudado muchos otros).

Desde que era muy pequeña me sentía muy atraída por la voz. Cantaba en coros y en grupos y siempre me fijaba y recordaba todas las melodías de los anuncios, los dibujos y las películas musicales.

Otra cosa que me llamaba mucho la atención y que pensaba que era algo normal entre los niños, eran las voces de los actores de doblaje, podía identificar el mismo actor doblando a personajes distintos ¡me lo pasaba pipa haciéndolo! Sin embargo, debido a problemas vocales (tenía nódulos ya que forzaba la voz sin técnica) y a los prejuicios existentes de que los «artistas malviven», me decanté por desarrollarme profesionalmente como «Enfermera» ya que me gustaba ayudar a los demás.

Sin embargo, había una vocecita interior que me decía que tenía que seguir desarrollando esa parte artística con la que tanto disfrutaba…así que me dispuse a curarme los nódulos con un logopeda y a dar clases de técnica vocal.

Pasaron los años y ocurrió lo que tenía que ocurrir…entré en crisis profesional ¡¡ya no quería ser enfermera!! ¡Oh my god! ¿Y que hago yo ahora? Ya no creía en la medicina convencional, esa que te hincha de pastillas y tóxicos a la mínima de cambio (con todos mis respetos) y lógicamente si ya no creía en ella, no podía convivir con ella.

¡ TOCABA REINVENTARSE !

En el tiempo de la «reinvención» estuve trabajando en los llamados «trabajos nutricionales», sí, esos que te permiten pagar tus facturas y mientras ir formándote en aquello que deseas. Continué con mis clases de técnica vocal (y aún continúo) y saqué tiempo para escribir letras, hacer melodías vocales y grabar un disco con el grupo en el que soy vocalista (Estenopeica).

Durante este tiempo además, me formé en «Locución y Doblaje Cinematográfico» en una escuela que me enamoró desde el primer día por su profesionalidad y calidad humana, la escuela «Luisa Ezquerra». Sin duda alguna, se la recomiendo a todo el que quiera formarse en esta profesión.

Tras finalizar la formación (aunque en realidad nunca dejas de formarte), comencé a rodar. Empecé a hacer trabajos para otros estudios…doblaje, publicidad, audiolibros y empecé a montarme mi propio estudio y a hacer locuciones por cuenta propia, todo ello compaginándolo con mi «trabajo alimenticio». Por tanto, la implicación tras el tiempo que me quedaba, era de un 5 o 10% y seamos sinceros…,así no puedes echar a andar una profesión o una empresa. Así que hace un año y medio, decidí que iba a perseguir la pasión que me acompañó desde niña, que haría frente a sus dificultades, a su incertidumbre, a sus miedos y daría el 100% de mí para vivir de aquello que mi instinto, decía que debía compartir con la sociedad.

Con un estudio más profesional que con el que empecé y con la ayuda de un técnico de sonido (con el que me he formado en edición y mezcla y está presente en las grabaciones), hoy trabajo como locutora freelance en mi propio estudio, grabando para multitud de marcas y empresas de todo el mundo y especializada en el sector del podcast.

Animo a todo aquel que tenga dudas a que siga su pasión…si la cosa sale mal, siempre habrá algo que aprender, pero si te quedas en tu zona de confort y no te lanzas, seguro que algún día te arrepientes. Como dice Sergio Fernández (cuya lectura de su libro «Vivir sin jefe» o «Vivir sin miedo» os recomiendo) los dones y talentos que no se desarrollan los perdemos, así que ya sabéis, buscad vuestros talentos, hacedlos crecer con una buena formación y ponedlos al servicio de los demás, así nunca tendréis que trabajar, ya que vuestro trabajo será un goce no una obligación.

¡Hasta pronto!

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